Hinchas hasta el final (Crónica)

Nota publicada en la revista Variedades el 06 de octubre de 2008
link: http://www.andina.com.pe/edpespeciales/especiales/variedades_sp/var_90/var_90.pdf

􀁑 PESE A QUE SUS EQUIPOS NO FORMAN PARTE DEL TRÍO
DE ONCENAS MÁS "IMPORTANTES" DEL PAÍS, LUIS CASTRO
PAREDES Y HUGO GUTIÉRREZ SON HINCHAS-ÍCONOS, DESDE
HACE DÉCADAS, DEL "MUNI" Y EL MELGAR.

Escriben/Fotos: Félix Paz y Juan José Ortiz

Lunes 6 de octubre de 2008 | VARIEDADES 11

Cuando se habla de fútbol, cada quién
afirma que su equipo es el mejor, el
más popular o el que más campeonatos
ganó, y el periodismo decidió que en el Perú
tres equipos limeños son los más "importantes".
Dos por su arrastre popular y otro
por sus éxitos deportivos locales y porque
nunca presentó apremios económicos.
Pero, a pesar de esa decisión "de los
que saben", en los estadios del país existen
personas que no forman parte de ese
establishment y viven, gritan y sudan por
otros colores. Sino que lo digan los hinchas
de dos clubes históricos: el Deportivo
Municipal de Lima y el FBC Melgar
de Arequipa. Uno transita por la segunda
división y el otro afronta el torneo de primera
con serias dificultades deportivas,
cuestiones que no importan a los hinchas
hasta la muerte.

EL TÍO GALLERO
Luis Hugo Castro Paredes cumplirá 70
en diciembre y es "Franja a muerte". Es hincha
del "Muni" desde hace 57 años y todos
los fines de semana acompaña al equipo de
sus amores como un integrante más de la
"Banda del Basurero", la barra del conjunto
"edil".
Ahí está junto al bombo, arengando, dirigiendo
a los niños y jóvenes en la tribuna.
Lo que nunca falta en estas batallas de aliento
en el cemento siempre está acompañado,
es su gallo de tapada.
"A River Plate le dicen gallinas, y yo
vendo esas aves. El 'Muni' tiene los mismos
colores, pero es un gallo, siempre está peleando
contra la adversidad. Un día en que
el equipo jugaba en el Callao y no pude vender
todo, me fui con un gallo a la cancha.
Ganamos después de cuatro meses. Y ahí
surgió la cábala", nos comenta.
Desde ese día, él empezó a ir con sus gallos
al estadio. "Siempre nos trajo suerte".
No obstante, Castro recuerda que en
2004, la "Academia" jugaba el encuentro
definitorio para el ascenso con el Sport
Áncash, en el Estadio Nacional. "El estadio
estaba lleno. Llegué con mi gallo y en
la puerta de ingreso un policía me dijo: el
gallo no entra, pues esto no es un zoológico.
Me fui a otra puerta y me impidieron el
ingreso. Protesté, la gente me apoyó, pero
no pasó nada", dijo.

PASIÓN ROJA Y NEGRA
"Señores, vengo a cantar con ustedes".
Así se presentó Hugo Gutiérrez Salcedo
a un grupo de hinchas del FBC Melgar de
Arequipa. A sus 62 años y con su nieto de
la mano, cumplía el sueño de integrar la recién
creada barra de su equipo preferido. Y
la gente de la barra le hizo un espacio.
Han transcurrido casi diecisiete años,
recuerda, desde aquel grato episodio. El "tío
Hugo", bautizado así por las barras melgarinas
"León del Sur" e "Infierno Rojinegro", a
diferencia de muchos que esperan en casa la
transmisión televisiva, asiste a ver a su equipo
cuando éste juega de local en el estadio
Mariano Melgar del barrio IV Centenario.
Hugo también tiene su cábala. Antes de
acudir a la cancha, tiene un momento de
reflexión. Y trata de establecer un contacto
divino y "conversa" con la Virgencita de
Chapi. Le pide fortaleza y, sobre todo, mucho
apoyo para el equipo.
Después, como los antiguos peruanos,
también busca contactarse con los Apus.
Y con su mirada dirigida al Misti, el eterno
guardián de la Ciudad Blanca, clava un viejo
cuchillo de ebanista en la tierra.
Tras este ritual, quizás incomprensible
para muchos, don Hugo va al estadio, en
plena comunión con lo celestial y lo terrenal,
para gritar ese esperado y eterno gol del
triunfo del Melgar. Cosas de la pasión, cosas
del fútbol.
EXPEDIENTE SECRETO
Los hinchas del FBC Melgar recuerdan
siempre como sus grandes "héroes" a
Eduardo "Patato" Márquez y a los hermanos
Genaro y Ernesto "Chivo" Neyra.
Evocan el empate en los años sesenta
con el Santos de Brasil, con Pelé en la cancha,
y el enfrentamiento con el Dínamo de
Moscú del arquero Lev Yashin (1964).